Patrimonio - Música

La Cofradía Marraja cuenta hoy con un importante patrimonio musical, conformado a lo largo de los años por las muchas composiciones que, a cada una de las imágenes que procesiona, les fueron dedicadas, sobre todo como marchas de procesión.

Junto a las incorporaciones propias, otras muchas piezas de muy diversa procedencia se han incorporado al acervo cultural marrajo, que comparte así con otras muchas localidades de España y del mundo unos sonidos que, para los cartageneros, son imprescindibles en sus procesiones de Semana Santa.


Cartagena vivió unos años de especial desarrollo de la cultura musical a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, una época en la que la marcha de procesión consolidaba su presencia en los cortejos penitenciales y fijaba unos parámetros que la configuraron tal y como hoy la conocemos. En nuestra ciudad ejercieron aquellos años su profesión músicos de renombre que legaron también sus obras a nuestras procesiones, que iniciaban así un amplio repertorio de piezas, muchas de las cuales, afortunadamente, se conserva hoy. Junto a ellas, otras muchas marchas procesionales.


Junto a las marchas de procesión, la celebración de un acto penintencial de la raigambre que para los marrajos tiene el Miserere, principal de los cultos cuaresmales a N.P. Jesús Nazareno, hizo que a lo largo de los años se compusieran también diversas adaptaciones musicales de este Salmo nº 50 dedicadas al Titular de los Marrajos.


Entre las marchas de procesión que fueron dedicadas a los marrajos podemos destacar: "Primera Caída" (Ramón Roig, h.1900), "La Agonía de Jesús" (Ramón Roig, h.1900), "La Agonía" de Alfredo Javaloyes (h.1910), "¡Madre Mía!" (Julio Hernández Costa, 1919), "Al pie de la Cruz" (Julio Hernández Costa, 1925), "Cristo Yacente (Julio Hernández Costa, 1926), "Santo Sepulcro" (Eduardo Lázaro Tudela, 1931), "Santa Agonía" (José González, 1946), "El Buen Maestro" (Manuel Berná, 1946), "Lamento de Dolor" (Pascual Mateo, 1957), "La Piedad (Plegaria)" (José Torres, 1968), "Descendimiento" (Gregorio García Segura, 1979), "La Lanzada" (José Torres 1986), "El Discípulo Amado" (José Torres, 1983), "El Descendimiento" (José Miralles Alemán, 1984), "Jesús de Medinaceli" (José Torres, 1985), "Las Santas Mujeres" (José Torres, 1986), "María Magdalena" (José Torres, 1986), "Primera Caída" (Gregorio García Segura, 1990), "La Condena de Jesús" (José Torres, 1993), "Virgen de la Soledad (Soledad Coronada)" (Gregorio García Segura, 1995), "Caridad Chica" (Francisco Grau Vergara, 1999), "A la Magdalena" (Juan Pagán, 2001), "El Santo Amor de San Juan" (Guillermo Soto, 2003), "Santo Entierro (Guillermo Soto, 2004), "Santísima Virgen de la Piedad" (Alfonso Fernández, 2004) o "Expolio de Jesús" (Alfonso Fernández, 2010).

Junto a ellas, dos marchas de gran raigambre en Cartagena y una larga historia marraja, si bien no se conserva la dedicatoria por parte de su autor: "San Juan (El Destierro)" (Vicente Victoria, h.1891) y "Dolorosa" (Antonio San Nicolás, h.1925).

Y con ellas, marchas de diversa procedencia, que suenan en toda España y que también se asocian con nuestras procesiones: "Mektub" (Mariano San Miguel, 1925), "In Memoriam" (Agustín Coll Agulló, h.1925), "Nuestro Padre Jesús (Emilio Cebrián, 1935), "Mater Mea" (Ricardo Dorado, 1962),...


Como éstas otras dos piezas de la música universal tienen una especial presencia en el patrimonio inmaterial de los marrajos: el Coro de Peregrinos de la ópera "Tannhäuser", De Richard Wagner (1845) y el Miserere de Orlando di Lasso (siglo XVI), cuya interpretación es indispensable en el principal de los cultos cuaresmales al Titular de los marrajos.